martes, 24 de agosto de 2010

A veces me siento como un águila en el aire


Encontré por ahí, un texto que bien define la sensacion que tenia Maria un dia si, y otro tambien. De uno de sus autores favoritos, Bendetti.
Oh, cuantas veces habia leido esos poemas, que le habian transportado a los brazos de aquel que en sus sueños existia, y habia logrado que se sintiera siempre especial. Eso si, solo en su gran imaginacion, que era lo único que la salvaba de aquel mundo tan poco agraciado.

Estados de ánimo (M. Bendetti):

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

viernes, 20 de agosto de 2010

Maria se sentia cada vez mas pequeña a medida que iba creciendo.
Sentia que nadie le trataba como merecia; las personas jugaban con ella, como si de una muñeca de trapo se tratara. Y eso le dolía, aunque mas psicologicamente que fisicamente. Fisicamente ha sufrido poco, excepcionando aquel año de instituto en el que el profesor, para "ayudar" a las chicas, ponia las manos donde mejor le parecia. Era asqueroso, y se alegró cuando le retiraron del instituto y le vio por la calle con un brazo roto. Era un viejo verde, e inutil.
Volviendo a su mundo real, Maria empezaba a pensar que nunca encontraria a alguien que la tratara como ella queria, o simplemente, como ella merecia.
Muchas veces ya empezaba a dudar si se merecia que la tratasen bien o no. Intentaba recordar, pero no habia mucho que recordar, nunca habia sido una persona mala, siempre habia intentado ayudar a los demas, y aunque a veces era un poco patosa, intentaba hacer las cosas lo mejor que podia. y eso, parecia que nadie sabia verlo