miércoles, 6 de julio de 2011

Alcantarillas

María se sentía a veces ignorada, despreciada, invisible.
Como un trozo de corcho mojado que flota sobre el mar de suciedad de una alcantarilla.Sólo un trozo más, en el que nadie se fija, si no que lo pisan, alguien se resbala...
Pero deberiamos fijarnos más donde pisamos. Puede que algún día, pisemos sin querer, la más bella rosa que podamos ver en nuestro camino. Así que amigos, atentos a lo que pisais, que el corazón de María puede quedarse en la suela de vuestros zapatos.

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