Aquel día, fue especial para María.
No olvidaria aquella sonrisa.
Ni aquella mirada.
Ni esa voz.
Ni las frases que salian por su boca.
Aquel pelo, rozándole los ojos.
Y su tatuaje. Y por supuesto, su nombre.
Ni los besos que tanto le gustaban, ni esas tardes en su cuarto escuchandole cantar y tocar la guitarra.
Siempre serás tu, grandullón.
Pasaran 15 años más, pero jamás te olvidará. Te lo prometo.....
R.B.T. Te quiero.
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