jueves, 7 de julio de 2011

Miradas que dicen mucho

- Pues perdone usted, sólo intentaba hacerle sonreir y hacer que olvidara en lo que quisiera que pensara, pero tenía unas una mirada triste, y los ojos le brillaban, así que pensé que igual sonreir le venia bien. No sé como vuelvo a caer en la trampa de volver a ayudar a las personas.
Y aquel hombre que había mirado tan mal a María mientras ella intentaba animarla, se sintió pequeño en el mundo, como un cristal de sal en medio del desierto. Cuando fue a pedirle perdón, María ya se había marchado, ya no había rastro de ella. El hombre, sorprendido, volvió a su tristeza, pero no era como la anterior, si no por no poder haberle dicho a aquella niña, que lo sentía, y que a partir de ahora, intentaria ser mas amable cuando intentaran ayudarlo, aunque no sabe si después de esa mala praxis, el destino volverá a brindarle ayuda.

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